30 abril 2011

just singing in the rain















los dias de lluvia las personas se comportan de forma extraña. Algo muy común es ver a los que no llevan paraguas caminando por la calle encongiendo sus hombros hacia arriba, como si ese gesto impidiera que se mojasen o se empaparan menos. Otra es ver a los que sí llevan paraguas y van como ciegos por veredas y calles aferrados a esos artefactos incomprensibles como si esos insignificantes objetos los salvaran de salir volando por los aires o de mojarse por completo, cual cápsula impermeable. Están también los que ponen cara de culo y se quejan porque llueve y se les arruinan sus zapatos de gamuza o porque llueve y se les eriza el pelo con tanta humedad. Los infaltables que van esquivando las baldosas rotas para no salpicarse el pantalón clarito que se les ocurrió ponerse justo cuando llueve (idea bastante estúpida, por cierto). Y también se puede ver a los que contra cualquier prónostico prescinden de paraguas y pilotos, salen de sus casas y caminan por la ciudad disfrutando de la lluvia pegándoles en la cara, empapandoles la sonrisa, haciendo que los ojos se vuelvan chiquititos, sin importarles que las baldosas salpiquen y se les arruinen los zapatos. 
es una pena, de estos últimos quedan pocos...

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