24 y un día después...

24 años de L, de ese invento que se llama democracia y un día después de todo eso. Hace 24 años entraba un Alfonsín y salía una L. Por suerte, Alfonsín ya no está más. Por suerte, mi mamá desistió de la idea de ponerme como nombre Alfonsina (no por la poeta sino por el político, ya que nací 10 minutos después de que asumió como presidente en ese momento). Por suerte, me llamó L... que tiene cierta musicalidad y es el más lindo de los acordes (LA mayor, claro). buuuuuuuuuuuuuuu... ya pasó mi cumpleaños, por eso la cara en la foto. a mi me gusta festejar ese día y este año, como imaginé, iba a ser distinto. Y lo fue. Estuvo bueno y raro porque cayó un lunes (con lo que odio los lunes), porque estuve en San Justo festejando con mi familia lejos de mis amigos y amigas, porque me desperté y llovía más que en la Biblia y a la tarde salió un sol hermoso y hacía calor, porque al mediodía cociné yo para mi flia y porque no sentí que fuera mi cumpleaños. eso fue lo raro. Lo bueno fue que recibí montones de mensajes y llamados, mails, sorpresas, regalos, abrazos, besos, comí asado, lemon pie y tomé agua tónica todo el día. eso fue más o menos todo. Así que a todos los que se acordaron... gracias gracias gracias porque me hicieron muy feliz.