05 julio 2008

las paredes hablan IV

las mujeres somos tremendas, tremendísimas!!!...no tendría razones para negarlo. Es más, tengo razones para afirmarlo. Nuevamente el baño vuelve a ser el lugar donde las historias se escriben y reescriben con una insistencia religiosa. Es ahí donde se encuentran y recopilan todas las evidencias. como dije al principio, las mujeres somos tremendas, sangrientas, dispuestas a todo por el amor o la posesión de un hombre que librado a la suerte de una disputa femenina deja de ser hombre para convertirse en objeto de nuestro deseo. Nos volvemos fierecillas indomables, las peores enemigas, las mejores esgrimistas de la palabra. Utilizamos todas las armas disponibles para dejar en claro que "ese es MI hombre". Encontrar en los baños de mujeres escritos furiosos, amenazantes y grotescos no es para nosotras una novedad. Rayar la puerta o las paredes con un mensaje para alguien que no sabemos si alguna vez llegará a leerlo, dejar constancia de la bronca, expresar de esa manera los más diversos estados, dejar una marca personal, mostrar lo peor de una, crear monstruos. Eso hacemos y de eso no nos arrepentimos. ahora bien, a veces llegamos a límites insospechados empujadas por una furia incontenible y somos capaces de escribir barbaridades que aterrorizarían al mismísimo (y muertísimo, por suerte) Hitler. A las pruebas me remito: -a la pelotudita que anda tras de mi marido le aviso que le voy a rebanar las tetas de a tiritas finas -¡mierda qué trabajo! coincido con el comentario de abajo. Qué laburo, no? porque podría cortárselas de un saque y listo, pero no, parece que está decidida a hacer sufrir a su oponente hasta el último aliento. Me pregunto qué tan grandes serán las tetas de esa chica...si son más o menos grandes, entonces que se prepare porque va a ser larga la tortura.

6 comentarios:

Pablo Mariosa dijo...

¡Qué ingenioso escrito!
Tiene mucho humor, ironía y es directo, sin rodeos.
¡Eso sí! Después de leerlo uno (como hombre) se queda con la sensación de que está rodeado por mujeres que son "tremendísimas" y que pueden llegar a vaya a saber qué extremo cuando nos convertimos en "objeto de su deseo"... ¡A correr se ha dicho! jajaja
Saludos,
Pablo

GABU dijo...

Jajajajajaajajaja

Lo bueno del sadismo que casi roza lo istriònico de las mujeres es que posta posta somos capaces de cometer tremenda atrocidad que volverìa a la vida al(gracia' diò'),muertìsimo ADOLF... ¬¬

P.D.:A parte habiendo tanta "chota" suelta què necesidàt de usar justamente la que esta ocupada,no? Digo,de pronto,me parece,que sè yo...
jajajjajajaja

BESITOP ;)

L.A dijo...

PABLO M: bueno, creo alguien debía advertirlos, no? y eso que escribí no es nada comparado a la cantidad de atrocidades que se dicen unas a otras.

GABU: jajaja. No podría estar más de acuerdo con vos, G, pero a veces el amor se transforma en obsesión inmanejable y ahí es cuando perdemos noción de todo y nos movemos por impulsos. Por eso no podemos elegir una "chota" libre, porque no estamos en condiciones de distinguir absolutamente nada, ni razonar absolutamente nada. Ese es nuestro tremendismo característico. Quélevamoahacé... besores!

.gbrl dijo...

son todas unas animalas (?) en el fondo....

es esolo que nos encanta, en realidad :)

L.A dijo...

BLACK EYED ANGEL: animalas? jaja, me encantó!

fiorella dijo...

Vengo un poco retrasada.Gripes,falta de sexo por dos semanas,hacer de enfermera en una peli...escritos en los baños.Si,una verdad grande como una casa,somos terribles,pero asì y todo somos,nos mostramos,decimos a viva voz,otras no,escribimos para dentro,escribimos las paredes,enriquecemos la vida.UN beso