08 marzo 2010

todo bien, pero no

a metros de mi puerta está la de mi vecina de pasillo, "la" Mimí. Ella es una mujer de unos cincuenta y pico, maestra particular y aficionada al canto, buena onda. Cuando no pone un cd instrumental de canciones románticas (esos del teclado en modo tuba) a todo lo que da, suele ensayar en su casa con algunas "chicas" del grupete de coro. Hace un año que vivo en esta casa y aunque me caiga bien Mimí, ya me tiene los ovarios al plato con esas dos cositas. Y ahora, que estoy con los pájaros tranquilos, a metros de mi puerta se escucha un canto semi gregoriano de voces muy aflautadas que llega hasta mis oídos y musicaliza mi tarde de forma casi horripilante. Estoy así de empujarme por la escalera.

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