10 mayo 2010

podría pasar que me hagas hablar, yo creo que tienes el don de curar este mal

si es verdad que uno es dueño de lo que calla y esclavo de lo que habla, entonces me atrevería a decir que me estoy exponiendo una vez por semana a la más cruel de las esclavitudes: la propia. O sea, la de mis propias palabras. Y lo hago por decisión, no por obligación ni mucho menos por recomendación. Aunque lo considero recomendable absolutamente para todo el mundo. la primera sesión me tomó por sorpresa pero, de algún modo, estuvo bien que así fuera. Sino se transforma en una preparación mental, supongo, para afrontar el momento del diván (sllón, silla o silloncito, se entiende) que, después de todo, es totalmente innecesaria. Lo peor del caso sería ese cuiqui que te agarra antes de ir, yendo y estando ahi frente al terapeuta que con una mirada relajada y profesional, en un tono tranquilizador te dispara la "gran pregunta": a ver, por qué estás acá? momento decisivo y crítico en el que uno tiene 3 opciones posibles, según mi modesto entender: -abrir la boca y que salga lo que salga sin tener demasiado claro el o los motivos o lo que sea que vayamos a decir -tratar de pensar una respuesta que parezca lo más sensata posible, en un intento de querer impresionar al psicólogo/a para que crea que "la tengo re clara" -salir corriendo del consultorio y a la cuadra y media darse cuenta de que te olvidaste el abrigo y las llaves claramente la primera opción es una estupidez, como la segunda y la tercera, sólo que van aumentando el grado. Creo que uno sabe por qué corno va al psicólogo aunque nos parezca que no. Hay algo en lo más profundo del ser que te mueve a ir y aunque te cueste, te hinche las pelotas, te de fiaca, terminás yendo porque sabés que ese no sé qué se puede autodestruir en 5 segundos, y ahí sí que se arma quilombete y terminás, con suerte, en la antesala del neuropsiquiátrico. Bueno...a grandes y exagerados rasgos. cuestión que yo fui, estuve ahi sentadita hablando a más no poder durante una hora y mi psicóloga me miraba y de vez en cuando anotaba cosas, me repreguntaba y hacía lo que hacen los psicólogos en general. Me pareció que de una dije un montón de cosas pero en realidad dije muy poco, que ya es mucho. Eh, bueno, en fin...eso total general: como primera experiencia psicoanalítica no estuvo mal total parcial: al final tuve ganas de quedarme toda la tarde hablando

7 comentarios:

.gbrl dijo...

la inconclusión de este texto es tan sorprendente que es l

L.A dijo...

GBRL: jajaja, sin querer lo publiqué antes de tiempo pero ahora sí está completo.

GABU dijo...

Algùn dìa tendrè que afrontar la temeraria experiencia del terapeuta...

P.D.:Y en el caso de que me haga una pregunta similar,sencillamente hoy sè que no sè còmo utilizar muchìsimas herramientas que yo misma poseo para arreglar las cañerìas de mi vida... :S

BESITOS ANALÌTICOS

Julia dijo...

1 año y medio ha transcurrido de la pregunta semanal ¿qué te trae por aquí? y la misma sigue desenmarañando un sinfín de puntas que a su vez van entretejiendo un nuevo ovillo (quiero creer uno de colores más lindos y mejor combinados).
de seguro podrás construir millares de nuevas pelotitas de papel. allí estaré.

princesaperonista dijo...

extraño a Doris

L.A dijo...

GABU: ese es el miedo a la pagina en blanco, pero en un sentido psicoanalitico. O a la página en negro también. El tema de ir al psico es como ese primer chapuzón en la pileta que te da "cosa" porque esta fria el agua pero te estás muriendo de calor. una vez que entraste en el juego, ya está, te lleva solo. Y lo mejor es que uno se deja ir. Bah, al menos yo sí. besos divanescos

L.A dijo...

JULI: siempre al pie del cañon, amiguisima mía. Cómo te adoro!!!!

PRINCESA P.: Doris...la dejaste?