05 marzo 2009

esas pequeñas cosas que te pueden alegrar la mañana

"las historias sólo le suceden a aquellas personas que pueden contarlas" (Michael Cunningham) "La clase de historias que la gente convierte en vidas, la clase de vida que la gente convierte en historias" (Philip Roth) hoy a la mañana me senté a desayunar frente a mi computadora con la idea de matizar mi leche chocolatada (fría, con cacao quillá, sin azúcar y una hermosa capa de chocolate encima) con algo sumamente interesante para leer. De hecho, me di cuenta que es verdad: si uno busca, encuentra. Y encontré un blog que me llevó a otro blog y de ahí a un artículo sobre un nuevo libro. Leyendo la nota me pareció que algo tenía que hacer para conseguirlo y leer esos cuentos que tanta promoción le hacían. Resulta que este tal Marcos Bertorello escribió Porno, un libro con 8 cuentos erótico-sexuales pero no porno, de ninguna manera. El autor lo explica muy bien por qué en una sola frase: ...hay algo en el trabajo con la palabra que hace imposible escribir pornografía, en el sentido de que las palabras siempre están velando. No es que la imagen no vele, pero tiene una contundencia que tal vez las palabras no tengan. Por más que intentes hacer una escena de sexo explícito, cuando la estás construyendo con palabras todo el tiempo estás ocultandola pornografía se puede filmar pero no escribir por esta particularidad que tienen las palabras... de todos modos, aún así quiero leer ese libro porque no me interesa tanto lo explícito en la literatura erótica sino la aproximación, la insinuación que no puede ser explicada con palabras de este mundo, palabras que dejen lugar a la imaginación, imaginación que se va por las aguas de las sensaciones, sensaciones que se hacen piel, piel que estremece de sólo pensarlo. uuffffffffffffffff

2 comentarios:

Román Mayorá dijo...

Promete no? Voy a ver si lo consigo...

L.A dijo...

MACHINS: promete que lo consigue? yo veré qué puedo hacer, por mi parte