asiiiiiiiiiiiiii no

esta noche me quedé en casa. La idea era salir a tomar algo pero yo no tuve ganas. Sí, de repente no tuve ganas. En realidad, la idea empezó siendo otra cosa y terminó en cualquiera, siempre manipulada por él. Porque el señorito fue el que armó todo el teje, como casi siempre, y yo me enteré de última.

llegué primero y reservé mesa para dos, como habíamos quedado. Cuando llegó él me dijo así como si nada que seríamos tres porque había invitado a tal...de onda. Y lo peor es que me miró con cara de cordero infradotado y me dijo: bueno, lo invité porque estaba solo y como no veníamos a una cena romántica... aha, entonces ahora vas y le decís al mozo que nos cambie la mesa, querido, porque este quilombito lo armaste vos. By the way, si pretendo una cena romántica no voy a ir a cenar a lo árabes y por como viene la mano, el romanticismo te lo debo. Y no es que sea una fanática del romantic style pero de vez en cuando un gesto de esos que te hacen caer las medias estaría más que bien.

ahi comenzó mi fastidio y eso que intenté controlarlo pero fue incrementándose hasta el punto de: si ahora tuviera una topadora te pasaría por encima sin ningún escrupulo. Y de paso no voy ni mierda a ningún lado, me quedo viendo una peliculita pedorra y escribiendo taradeces en mi blog que probablemente nunca leas ni te interesen, hasta que me de sueño, me duerma y se me pase el fastidio. Ah, y ni se te ocurra prender la luz cuando llegues porque se arma...mal.

ya lo sé, un temita más para charlar en mi terapia de mañana. Y lo peor es que al tipo no se le mueve ni un pelo de nada. grrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr...