12 mayo 2011

la psyco

















una vez escribí que las mujeres somos de temer. Eso es tan cierto como que hay mujeres que le tememos a otras mujeres porque son tremendamente psicóticas. Y ese es un rasgo de la personalidad de algunas al que mejor no invocar porque...se arma!!!
estas muchachas de la vida suelen ser lobos disfrazadas de corderos. Una vez que les sacás la ficha te das cuenta de que son terribles yeguas hijas de remil que estan dispuestas a hacer cualquier cosa con tal de lograr sus objetivos más crueles y perversos. Y que no te tengan como objetivo porque fuiste; se ensañarán con vos hasta destruirte sin el menor gramo de piedad. Generalmente cuando se "brotan"  tienen una mirada entre perdida y alterada que al mismo Jack Nicholson, en su papel de Jack torrance en el Resplandor, le temblarian las piernas del miedo por lo que "la loca ésta" pueda llegar a hacer en su contra y en la contra de quien se le cruce en su camino. La miraste con un poco de mala cara y ya te "hizo la cruz".  No la aceptaste una vez en el facebook y no va a parar de enviarte mil quinientas solicitudes de amistad por dia hasta lograr saturarte la paciencia y que la termines aceptando. Error total! te va a comentar compulsivamente todo lo que postees para caerte bien y cuando parezca que tiene la mejor onda con vos...se le descorcha la neurona y te empiza a psicopatear. Listo, no te la sacás más de encima. Un clásico es el acoso a ex novios. El tipo corta con ellas y las muy forras no se dan por enteradas, entonces siguen yendo a los lugares en común y frecuentando amigos que ni siquiera les pertenecen como si en vez de ser la ex fuese la flamante novia del pobre víctima. Si él llega solo, la cuestion es mas o menos manejable pero si se le ocurre aparecer acompañado de una amiga o mujer, ella la registrará como su enemiga número uno y se encargará de cagarle la noche a como de lugar. En esos casos, recurre a los más bajos instintos de destrucción sin importarle rozar los bordes de la humillación y el ridículo. Se enceguece y desconoce todo límite, todo sentido común y hasta la vergûenza. Mujeres penosas si las hay. El amor propio no forma parte de su ser pero están inundadas de una obsesión asqueante y densa que las vuelve imparables. Las podés mandar al mismo infierno una y mil veces y para ellas es lo mismo que les digas que las amás con locura. Tienen el disco puesto. Persiguen obsesivamente, controlan, acechan, acosan, taladran la cabeza, pero sobre todo hartan. Y pareciera que no existe forma de liberarse de ellas más que haciendo la gran atracción fatal, cuchillo bien afilado y...dale sin asco que es churrasco. Es que generan en uno un nivel de hartazgo tal que terminás creyendo que el que está loco de verdad sos vos.
 

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